La resistencia necesaria para enfrentar ascensos en un equipo humano sometido a amenazas de accidentes y peligros constantes es fruto del entrenamiento, del temple individual y del trabajo en equipo. Y no sólo eso. Precisamos no subestimar el objetivo y no sobreestimar nuestras capacidades, e intentar prever la dinámica del evento. Además, debemos entrenarnos en restauración psicofísica para recuperar las fuerzas durante el ejercicio de subir las montañas reales y las que no depara el destino.