Muchas veces las crisis y los fracasos son escuelas de vida que nos movilizan y sacan lo mejor de nosotros mismos. En montaña son los momentos de zozobra que los vivimos como amenazas, lo mismo que las crisis en la vida cotidiana. En la montaña puede ser cuestión de vida o muerte, pero en la vida cotidiana no es muy diferente, y son espacios de aprendizaje profundo de desafío y lección.